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Miradas sobre la maternidad

Existe una especie de ADN familiar compuesto de conductas, temperamentos y costumbres que se transmiten y se transforman de generación en generación. Cinco mamás nos cuentan cuáles son aquellas enseñanzas de sus propias madres que les gustaría que conserven sus hijos y cuáles las que quieren que hereden de ellas.

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Sin duda que los valores que mi madre me transmite día a día como el amor y la unión familiar es lo más importante y lo que más resiste en el paso del tiempo y estos valores se hicieron más presentes cuando me convertí en mamá.

Me encantaría que Antonella heredara El amor por la familia y por sus tres nietas, El cariño que le pone a cada cosa que hace, lo bien que cocina, no sé si yo lo heredé pero sí me gustaría que ella heredara ese gusto y cariño que mamá le pone a todo.
De mi me gustaría que herede la pasión por el trabajo, el amor por la familia y amigos, ver el lado positivo de las cosas y el disfrutar mucho los momentos que estamos juntas y en familia.

Lic. Virginia Albano, Ejecutiva de Relaciones Públicas de Zenith y mamá de Antonella
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Casi todas las enseñanzas resisten el paso del tiempo, porque las que recuerdo siempre son de esencia, son las que tienen que ver con el respeto al otro, la de los límites como forma de fortalecernos, las del fomento de la confianza y el diálogo, las de la búsqueda de la excelencia respetando las posibilidades de cada uno. De mi madre me gustaría que mi hija heredara la incondicionalidad de su amor y disposición a ayudar a cada uno de sus hijos SIEMPRE. Actualmente vive a 300 kilométros y la tengo dándome una mano cada vez que necesito, como si viviera en la misma cuadra.

De mí, la energía depositada en criar una hija fuerte afectivamente, segura, justa, generosa y libre.

María Estela Moreno, productora de Vitamina y mamá de Cande.
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Ser activa siempre estuvo en el ADN de mi madre. Como buena profesora de educación física, su estilo de vida saludable, sano y súper dinámico fue algo que absorbí. Los padres son nuestra mayor influencia en la vida temprana, y mamá siempre fue un ejemplo positivo en construir una buena base para un futuro saludable. En que mantenerse activos será positivo en el largo plazo. De esto se desprenden comportamientos como ser buenas ejecutoras, proactivas, dinámicas…

De mí, el valor de buena calidad de tiempo en familia, y la cultura de trabajo. Como madre profesional siento que el trabajo nos da a las mujeres un propósito, cierta autonomía y control, a la vez que nos permite sentirnos eficaces. Me gustaría que mis hijos hereden este tipo de mind-set, pero sin dejar de lado a la familia que es el pilar para todo en la vida. De mi madre, la importancia de mantenerse activo. Por ejemplo, haciendo salidas familiares a un parque, escalando árboles, andando en bicicleta, todas actividades que suban el ritmo cardíaco y aporten diversión en familia. Mi vida no es lo misma antes y después de ser mamá. Ahora tengo una razón, más allá de mí misma, para mantenerme en forma y ser exitosa en mi trabajo.

Morina Pesenti, Gerente de Marketing de Adidas, mamá de Carmela.
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Me enseñó que con constancia y esfuerzo se logran las cosas. Fue y es un ejemplo de perseverancia y tesón. Ella siempre nos fomentó -a mis hermanas y a mi- lo importante que es que las mujeres tengamos nuestra independencia, que trabajemos y nos realicemos en lo que nos gusta.

A la hora de ser mamá, siempre me dio la confianza de sentir que no importa tanto la cantidad, sino la calidad de las horas dedicadas a mis hijos y eso hasta el día de hoy es una marca intachable en cada minuto que comparto con ellos. Me enseñó que los límites se marcan desde el amor y que el ejemplo es la base de la educación. ¡Invencibles todas sus enseñanzas! Me gustaría que hereden su carácter fuerte, pero siempre amable, su incondicionalidad y generosidad, su pasión por su profesión, la familia que formó, su perseverancia y su fortaleza.De mí, la sensibilidad, la sociabilidad, el valor de la familia y de los amigos. También la búsqueda de ser feliz en las pequeñas cosas, darle importancia a lo que realmente vale, y sobre todo la constancia de ir tras los sueños con trabajo y esfuerzo.

Ana Abella, contadora y postgrado en marketing, mamá de Juana y Franco.
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Mi madre tuvo seis hijos, por lo que los detalles no fueron su fuerte. Mi infancia transcurrió en el campo, rodeada de hermanos y primos, en una libertad difícil de conseguir hoy en día. Andábamos a caballo, hacíamos picnics, íbamos al arroyo, todo sin demasiada supervisión. Hoy soy mamá, y si bien me diferencio en miles de aspectos de la mía, siento que aún guardo esa simplicidad que me permite salir con los niños sin complicarme demasiado y, tal cual lo hizo mi mamá, me vine a vivir al campo, donde espero que mis hijos sientan y aprovechen las cientos de posibilidades que brinda la naturaleza y el medio rural.

De mi madre me gustaría que hereden el placer de recibir, la alegría de tener las puertas abiertas de la casa para cualquiera que quiera llegar. Y de mí, la capacidad de soñar, de reinventarse, de buscar, de ver la magia en la cotidianeidad. De las dos, la alegría y el agradecimiento de vivir cada día.

Federica Cash, editora de Mamás reales blog y mamá de Juan Felipe y Justina.
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