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“La moda de usar y tirar ya no va más”

Retrato de Susana Saulquin. Foto de Chino Pazos

Entrevista a la especialista en sociología del vestir Susana Saulquin

La experta en moda argentina Susana Saulquin es una mujer clásica en su forma de vestir y también en su manera de hablar y de expresarse, suave, pausada y sin estridencias. Sin embargo, sus ideas y su forma de pensar siempre ha distado mucho de ser conservadora. En esta charla con Lara, esta impulsora del diseño en su país, quien tiene una larga y reconocida carrera, nos habla del nuevo lujo sustentable, de la importancia de la ética sobre la estética, de la era de la espiritualidad que se avecina y de la necesidad de cuidar los recursos humanos y naturales.

LARA: ¿Cómo despertó tu interés por la moda?
S.S. En la década del ´60 cuando yo estudiaba sociología, estaba en clase de Ciencias Políticas, en un momento levanté la mano para opinar y un compañero me dijo ‘vos no podés opinar de política porque estás demasiado bien vestida´. En ese momento todos se vestían de negro por la influencia existencialista, faldas oscuras, sweaters negros con cuello alto, pelo negro y largo. Yo no tenía el physique du rol de la socióloga, tenía puesto un traje sastre de hilo celeste. Siempre fui diferente para vestirme porque era más conservadora. Mi imagen es más bien clásica, busco una armonía. Al decirme eso yo pensé ‘qué importante será lo que te ponés para que me impidan poder hablar…’. Ahí empecé a investigar y llevo casi 50 años en este tema.

¿De quién heredaste ese gusto diferente para vestirte?
A mamá le gustaba vestirse bien, iba a muchos desfiles, nunca tenía mucha plata ni nada. Era una época donde se le daba importancia a la ropa. Existía algo que ya no existe más que es el buen gusto, la distinción, la elegancia, la posición que tengas en la sociedad, parámetros que sinceramente no tienen ya razón de ser. Eran condicionantes universales, el estatus. En este momento ya no importa tanto el buen gusto o la posición que tengas en la sociedad sino cómo es tu autoestima, qué imagen das en cuanto a tu creatividad, personalidad, son otros parámetros. Se le da más importancia al cuerpo y la ropa la perdió. Es una alternancia entre cuerpo y vestimenta.

Fuiste la creadora de la carrera de Sociología de la moda, ¿cómo fueron esos comienzos?
En el año ’88 me llamaron desde la Universidad de Buenos Aires para decirme que querían armar una carrera de diseño,  porque era tonto querer exportar a Italia lo que previamente se había copiado. Acá se copiaba todo. Entonces la idea era generar diseñadores con vistas a exportar. No había antecedentes en ninguna universidad del mundo, había cursitos, nos guiamos por la academia Domus de Milán, que tenía algunos seminarios de la moda. Yo era una fundamentalista haciendo la separación entre moda y diseño. La moda es una forma de generar prendas que llegan desde tendencias que salen de centros productores de la industria. Mientras que el diseño está más enfocado a resolver problemáticas más individuales como puede ser el arquitecto, es un trabajo de autor. Ahora está tan instalado el diseño que es bien interesante hacer una sinergia con las marcas. Es bueno que estén juntos las marcas y los diseños independientes. Ambos pueden convivir y es sano que lo hagan mientras se sepa que son dos lenguajes diferentes.

“Todo lo que la persona hace en la parte superior a partir de los hombros, tu maquillaje, tu cara, piercings, marca tu ideología”.

En tus libros, sobre todo en “Política de las apariencias” hablás del protagonismo que en los tiempos futuros tendrá la ética sobre la estética y hablás del lujo sustentable.
Baudrillard dice que en cada etapa histórica, la sociedad hace los cambios necesarios para sobrevivir. En el siglo XX la supervivencia fue la producción acelerada, la felicidad ligada al consumo, el industrialismo, por eso la estética y la importancia de los jóvenes. Con el comienzo del siglo XXI empieza una etapa diferente donde se le da importancia al cuidado de los recursos tanto naturales como humanos. Hay una mirada diferente. Creo que la caída de las Torres fue muy fuerte para el mundo, yo lo veo como un punto de inflexión. No se podía seguir así y con el cuidado de los recursos empieza a tener importancia la ética, aunque todavía ni siquiera esté instalado el tema. Es muy despacio pero creo que el cambio va a ser muy grande en todas las áreas de la sociedad. El cambio demora, es lento pero no se puede volver atrás, es imparable. La moda de usar y tirar  ya no va más… los vestidos y las prendas van a durar más. Los talleres esclavos y clandestinos son el tema del futuro y hace que se ponga en juego el prestigio de los negocios. Desarmar todo eso va a costar mucho.

¿De dónde va a salir la fuerza para que estos cambios ocurran?
Es social, es lo que debe ser para la supervivencia de la sociedad y del planeta. Las redes sociales potencian todo esto porque se da a conocer y también porque rompen la hegemonía de las tendencias masivas.

¿Será que esta nueva mirada también va a cambiar la forma como actualmente se utiliza el cuerpo de la mujer donde se lo estandariza y sexualiza?
Volvemos a que son cambios que priorizan el cuidado de los recursos, también el cuerpo humano.  Hay una tendencia a quitarle la sexualización al cuerpo de la mujer. Se ve por ejemplo en las tiendas británicas Selfridges que sacó hace poco la línea Agender, el no- género, es un primer paso. La última colección de Prada que se llama Los intercambiables es otra señal. Hay una equiparación de lo femenino y lo masculino, se deja la importancia del cuerpo femenino como objeto sexual para darle importancia al ser. La cultura de masas tenía como estrategia la homogeneidad y se necesitaba para las prendas homogéneas como por ejemplo el jean, también cuerpos homogéneos que debían ser hiper delgados. Los quilos dan singularidad. En un futuro el cuerpo más prestigioso será el cuerpo sano, ni obeso ni hiper delgado sino el cuerpo que te corresponda según tu biotipo natural.

¿Tiene que ver con lo que dicen muchos pensadores sobre un estadio más espiritual del ser humano que se avecina?
La última parte del siglo XX fue el reinado del sexo, ahora hay una evolución y estamos entrando en la espiritualidad. En el libro “La muerte de la moda” hablo de la túnica como prenda emblemática. Generalmente la túnica es una forma de vestir muy cercana a la espiritualidad porque es como la vestimenta talar, hace desaparecer las formas del cuerpo. Todavía igual no se puede mucho hablar de esto porque hay que esperar pero ya se puede ver esta tendencia a un pensar más espiritual. En la etapa preindustrial la importancia era el ser, luego fue el tener, la posesión. En ese tiempo empezaron a existir los estuches para guardar los objetos, las vitrinas de las casas, era el tener. Después fue transitando al “parecer” pero ahora estamos en un nuevo momento, que recién comienza, y que es darle de nuevo importancia al ser.

¿Dónde queda el empresario?
Debe adaptarse y acompañar todo esto. Deben desaprender y hacerlo más humano, trabajar con equipos. En las empresas ya no es tanto el CEO sino equipos colaborativos. Ya no es el gran diseñador ni el gran arquitecto sino equipos de trabajo de gente. El cooperativismo es importante y acá está bastante instalado. El diseño en cooperativas es una manera muy interesante de proteger a los trabajadores y a los clientes y de hacer un consumo consciente.

¿Cómo será el nuevo lujo?
El lujo hasta ahora era tener objetos que marcaran tu posición social y te dejaran competir con otros por la imagen. El nuevo lujo va más a los condicionantes personales, como ver una puesta de sol, tomar agua muy clara y muy pura, los camélidos, los tejidos fantásticos que no están hechos con personas esclavas y con materiales muy nobles como por ejemplo el guanaco, la vicuña, materiales preciosos. El algodón es el chico malo de los recursos naturales por los procesos tintóreos tan fuertes, incluso el orgánico, que reduce el uso de pesticidas pero necesita enormes cantidades de agua y de tierra para crecer. Estamos acostumbrados a tener mordientes fuertes para que prenda bien. El siglo XX fue el del algodón y el XXI es el siglo de la lana. La lana es muy noble. La jeanería tiene que evolucionar para que haya otros tipos de materiales que puedan servir y no sean tan nocivos. Hay una tendencia a buscar alternativas.

En Argentina existe el Centro de Estudios para el Lujo Sustentable, ¿qué es?
Miguel Ángel Gardetti es un ingeniero textil y trabaja con el lujo sustentable. Todos los años organiza concursos con  premios internacionales. Uno de ellos se entregó al oro verde. La extracción del oro común es muy nociva porque se utilizan elementos como el mercurio. El oro verde es colombiano y se usa para hacer alhajas pero sin los problemas del oro amarillo. Se le dio un premio a un agua muy pura de manantial que sale de los Andes. La aerolínea de los Emiratos la utiliza como máximo lujo. Los tejidos con fibras preciosas como la vicuña o alpaca, que son sustentables porque no son depredadores del ambiente y son fantásticos. No necesitan siquiera teñirse porque tienen una variedad de colores naturales muy amplia.

¿Nos darías algunos tips como para hacer un análisis de entre casa de la apariencia de una persona?
Todo lo que la persona hace en la parte superior a partir de los hombros, tu maquillaje, tu cara, piercings, marca tu ideología. Si querés saber de la ideología de una persona sin que hable, mirale qué es lo que tiene en su cara. Es muy fuerte el pelo y por eso los regímenes autoritarios a lo largo de la historia lo han atacado cortándolo. Los zapatos marcan el poder de una persona. Por ejemplo, la gente que usa zapatos de charol negro tiene mucho poder. Los zapatos de gamuza o suavecitos o alargados marcan la sensualidad, sobre todo en los hombres. Los tacos son el poder sexual. Donde vos pisás es el poder. Y la ropa interior, para mí, es la autoestima.

awada Sobre la primera dama argentina

En su libro Historia de la moda en la Argentina Saulquin afirma que «El estilo personal es un modo de hacer efectiva la propia imagen y juega un rol especial en las relaciones con los demás; es una etiqueta de identificación que solo se configura a partir de la consolidación de la identidad».
«No puedo estar más de acuerdo en aplicar esta definición a Juliana Awada; ella no se inviste de algo que no es, luce tal y como lo hacía antes de ocupar este rol en la vida política. Su sencillez es ya una marca en los equipos que lleva y se ha vuelto tan referente que las marcas apuestan por ofrecer prendas acordes a este estilo tan fácil de imitar como de llevar. El get the look es muy fácil con Juliana, basta con un traje o equipo de chaqueta y pantalón. En pocos meses Awada demostró que con sencillez y buen gusto se puede destacar sin necesidad de recurrir a looks híper producidos o exceso de marcas de lujo o detalles trendies. Yo creo que refleja muy bien el estilo de la mujer contemporánea que se conoce a sí misma y privilegia calidad y comodidad por sobre moda o tendencias».

Saulquin, pensadora del diseño

Susana Saulquin es Licenciada en Sociología por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Especializada en Sociología del vestir, participó en la creación de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA. Es directora del Instituto de Sociología de la Moda, y consultora de empresas del sector, especializada en tendencias sociales. Es autora de los libros Historia de la Moda Argentina (Emecé, 2006), La muerte de la moda, el día después (Paidós, 2010) y Política de las Apariencias (Paidós, 2014), entre otros.

Por Tessa García

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