maM – Mercado Agrícola de Montevideo

Mirar, tocar, probar, saborear, aplaudir y compartir. Sentidos y sensaciones ocupan un lugar central en el maM (Mercado Agrícola de Montevideo), que se vuelca a vigorizar las experiencias de los visitantes.

Fotos Mauricio Pizard y Guillermo Fernández

En los pasillos anchos y adoquinados del Mercado se concentra un mundo de estímulos. Café, crisantemos, tango, lana, artesanías, chocolate, paella, frutas frescas, jugos. Lo más autóctono del país convive en un ambiente cosmopolita e intemporal, con funcionalidad y buen gusto.

El centenario edificio en el barrio Goes y la atractiva propuesta del maM siguen seduciendo a los visitantes. Los techos de hierro, madera y cristal que ofrecen una generosa iluminación constituyen el primer estímulo al ingreso. En un ambiente cálido y abierto la experiencia está al alcance de la mano.

El entorno es comparable al de los mercados españoles, con una lograda combinación de tradición y actualidad. Antigüedades, danza, semillas y frutos secos, plantas decorativas, tejidos, quesos, vinos, cuarzos; estímulos y sensaciones.

Punto de encuentro

El edificio original fue construido entre 1906 y 1912 sobre la base de una estructura de hierro labrado de más de 5.800 metros cuadrados.

Es el más amplio de los mercados de Latinoamérica en su género, y durante décadas concentró la distribución de alimentos frescos en la capital uruguaya, siendo ampliado y modernizado en varias ocasiones.

Tras la rehabilitación del edificio y su reapertura en 2013, el mercado se ha consolidado como una referencia de la zona, fortaleciendo el sentido de pertenencia de los vecinos del barrio. Funciona como punto de encuentro de los estudiantes de las facultades cercanas. También de los residentes que agradecen los espectáculos con entrada libre y de gran nivel que se desarrollan cada semana. Hoy se está convirtiendo en realidad, en punto de encuentro de toda la ciudad, del interior del país y de los turistas que llegan a nuestro país.

Es, a su vez, un lugar ideal para paseos familiares –prestan coches de bebés y mini-ómnibus para niños-, escapadas gastronómicas, para ir de compras y para llevar a visitantes extranjeros. De hecho el Bus Turístico tiene una parada en el maM. Al confort y la seguridad interior se suma el estacionamiento vigilado en las calles de la zona.

Probar y volver

Los sabores de la comida recién preparada se combinan con los aromas de la albahaca fresca y las frutas de estación en los puestos que remiten al origen del Mercado.

Las filas de cajones en los puestos abiertos sobre los corredores adoquinados, y la atención del personal, contagian una sensación de típica feria de barrio.

Platos cubanos, pastas, recetas del mar, helados artesanales, parrilla, bizcochos recién hechos, cerveza artesanal de barril, café servido en el mostrador son algunas de las múltiples opciones dentro del cuidado abanico de la plaza de comidas. Es imposible probar todo de una vez; una invitación a volver.

INSTAGRAMEABLE

Claudia Fernández, Martín Sarthou, Victoria Zangaro, María Noel Marrone, Varina De Cesare son algunos de los influencers que han publicado recientemente fotos del maM. Es que es un lugar muy fotogénico, instagrameable, ideal para compartir en redes. La cuenta @mercadomam tiene miles de seguidores. En Facebook la comunidad tiene ya casi 200 mil fans y se puede también encontrar en Twitter como @MercadoMAM. Las publicaciones apuntan al detalle y se nutren de las miradas y comentarios de los visitantes. La web mam.com.uy fue rediseñada para acompañar ese abordaje moderno, funcional y atractivo.