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“Juntos es más fácil”

Por María Invernizzi

Entrevista: Verónica García Mansilla & Eduardo Martín Valdez

Foto apertura: Marzo 2017, luna de miel en moto por el norte argentino

Disfrutan de estar juntos: solos o en familia, con los tres hijos de ella, con los cuatro de él, o todos en feliz montón. Su viaje en pareja empezó hace unos años y desde ahí todo fluyó. Aman andar en moto, planear escapadas y recorrer cientos de kilómetros juntos, sin mirarse a la cara, pero con la vista puesta en una misma dirección. Son diferentes, complementarios y coinciden en un punto: el otro los potencia y los hace mejores personas.


Bodega en Cachi, Salta

LARA: ¿Cómo se conocieron?
Eduardo: La había visto hacía muchos años cuando ella corría carreras de aventura con un amigo en común. Mucho tiempo después, los dos solteros, me la cruzo con una amiga mía y me encantó. La llamé a mi amiga para pedirle toda la info. Con la excusa de saber de mi amigo que ya no vivía acá, la llamé varias veces para que me ayudara a ubicarlo…
Verónica: Después de varios chats de idas y vueltas una noche de insomnio un lunes yo le respondí de madrugada un mensaje por Facebook y me preguntó que hacía despierta… yo le dije que con el calor no me podía dormir. Era marzo y me propuso pasar buscarme a las 3 am para dar una vuelta en moto. Yo acepté y ahí partimos: ¡una locura! Salimos a dar vueltas en moto hasta que nos agarró una tormenta tremenda. Lo genial es que nunca nos miramos a la cara porque anduvimos siempre en moto.

¿Cuáles fueron sus primeras impresiones del otro?
V: Me encantó su energía, buena onda, alegría, compromiso, su lealtad. Me pareció protector, canchero pero tierno, caballero pero salvaje, aventurero.
E: Me gustó la cantidad de cosas que teníamos en común: ganas de vivir y disfrutar la vida. Su energía, sus valores, su compañerismo. Me pareció una madraza, linda, sexy, terrible amiga de sus amigas, divertida y pierna para lo que sea.

¿Hubo algún “click” que recuerden?
V: Su humor irónico, el gesto que hacía con la boca!
E: Mucho más sexy de lo que me parecía. Lo cual fue la frutilla de la torta.

¿Qué cosas hacen para no caer en la rutina?
E: Cuidamos y respetamos mucho nuestros tiempos y espacios. Es algo muy sagrado para nosotros que nos carga las pilas. Tratamos de escaparnos seguido, ya sea al Cabo (nuestro lugar en el mundo), al campo, salidas en moto, viajes solos, con los chicos, o amigos.
V: Sí, algún viajecito y sorprender al otro, cocinar, compartir espacios propios.


29 de dic. de 2016 – Casamiento en Cabo Polonio

¿Qué tiempo dedican a los amigos?
E: Por suerte a los dos nos encanta invitar y compartir con amigos.
V: Y lo divertido es que los dos nos adaptamos y hoy queremos a los amigos del otro. Nos encanta hacer amigos nuevos y compartir programas variados.

¿Cómo viven el hecho de tener una familia ensamblada? ¿Viven todos juntos?
V: Vivimos todos juntos principalmente en vacaciones y los fines de semana. Después, entre semana, cenamos todos juntos varias veces y compartimos mucho los fines de semanas, se llevan muy bien todos. Somos muy abiertos y sinceros con nuestros chicos. Somos lo que somos y aprendemos con ellos a ser padres… nos equivocamos pero con amor.

¿Qué valores y formas de sus familias de origen eligen vivir en la familia que tienen hoy en día?
E: Hemos logrado crear una muy linda familia en donde hay muchos integrantes con características diferentes. Lo más lindo es ver que ellos se quieren, se respetan, se buscan, se escuchan, se divierten. Son compinches. Todos se retroalimentan y se sienten participes de esto que logramos armar. Respetando los orígenes de cada uno, sus diferentes personalidades y sus diferentes vivencias.
V: Nos encanta nuestra nueva familia. Si bien cuidamos nuestros espacios, disfrutamos mucho de estar todos juntos, planificar vacaciones, apoyarnos y cuidarnos entre todos. Intentamos tener también espacios con nuestros hijos en forma independiente. Y mostrarles que lo importante es no juzgar, respetar a los demás, no hacerle a los otros lo que no te gusta que nos hagan. Aprender que todos aportamos algo y que juntos es más fácil.

¿Qué roles cumple cada uno en la familia?
V: No tenemos roles asignados. Lalo es súper gamba y los dos hacemos lo que nos toca cada día. Obviamente yo soy la que organiza y Lalo el que arregla todo en casa. Se da terrible maña es un genio y siempre está dispuesto a aportar.
E: Vero es una máquina de armar y crear cosas. Programas, paseos, viajes. Y es un apoyo permanente a mis hijos que perdieron a su madre, es compinche con ellos, los tiene siempre presentes. Al igual que a los suyos.

¿Cómo es un día de ustedes?
V: Nos encanta desayunar en la cama tempranito y salir a caminar para empezar bien el día. Después cada uno parte a trabajar. Si bien nuestras oficinas estan separadas por una escalera, cada uno tiene su lugar. Tratamos de almorzar juntos. Si venimos con una semana de mucho trabajo, después muchas veces cada uno va a su respectiva casa y comemos juntos; y otras, él con sus hijos y yo con los míos. La metida en la cama es nuestro altar, ahí nos reencontramos y nos ponemos al día.

¿Cuáles son sus momentos sagrados de pareja?
V: Un fin de semana de cada dos es NUESTRO! Y generalmente nos vamos al Cabo o al campito, llueve o truene! La hora de retirarnos a nuestro altar (nuestro cuarto). Y escaparnos al menos una vez al año de viaje solos en moto o al exterior.

¿En qué cosas se tienen que tirar de las orejas?
E: Desde que estoy con Vero trato de no analizar demasiado las cosas y dejar que fluyan un poco más. A veces chocamos porque tengo que frenar un poco su ansiedad.
V: Y soy controladora! A Lalo, en el tiempo que le lleva tomar decisiones: es tan detallista que todo lo piensa mucho y yo por el contrario soy una loca (risas).

¿Cómo encaran las crisis?
E: Juntos. Siempre.
V: Y con actitud positiva, porque todo tiene solución menos la muerte.

¿Qué cosas en la vida los hicieron salir más fortalecidos?
E: Muchas.
V: Cuando viste sufrir a alguno de tus hijos por salud, aprendés que solo importa estar sano. Lo demás es aprender a disfrutar y agradecer. La vida es un regalo cada día y hay que vivirla sin miedo. Disfrutar cada día como si fuese el último.

¿Una virtud y un defecto de Vero?
E: Su corazón, su fuerza y creatividad. Defectos, pocos: su ansiedad y que es controladora. Nada grave.

¿Una virtud y un defecto de Lalo?
V: Su buen humor, su bondad y lealtad. Un defecto: su tiempo para tomar decisiones y el sentirse culpable.


Familia unida: en Cabo Polonio, el día que dieron el sí.

¿En qué se reconocen complementarios?
E: En casi todo. Soy culposo y ella me enseña a no serlo. Vero me complementa, me da seguridad. Y además de amarme me ayuda a ser un mejor hombre, un mejor padre y una mejor persona.
V: Los dos amamos vivir, disfrutar y compartir lo que tenemos con los que queremos. Y soy cero culpable y eso ayuda a Lalo a entregarse. Lalo me enseña a tomar decisiones con más precaución y a ser más humana. Me hace ser una persona más linda.

¿Un momento de felicidad plena que tengan bien presente?
V: Nuestro casamiento en el Cabo con nuestros hijos, nuestras familias y nuestros amigos.
E: Fue divino en todo sentido. Una bendición de Dios, para todos. Un día lleno de magia divina que agradezco.

ELLA

Hacés muchas cosas, ¿qué rol te sienta mejor?
Me encanta mi trabajo como consultora en comunicación y relaciones públicas. Me encanta ser mujer y sentirme cuidada y protegida.

Te volviste fanática de Cabo Polonio, ¿por qué?
Hace muchos años que soy fanática del Cabo. Quizás por mi trabajo las personas creen que siempre necesito glamour y fiestas, pero soy solitaria. Me encanta la paz, el silencio, estar sola y sobretodo la naturaleza salvaje. Y el Cabo es eso: soledad, naturaleza, familia. Además me lleva a mi rol de mujer. En el Cabo me vuelvo femenina y básica. Ahí soy mater familia: cocino, lavo, barro.

¿Cuidás de alguna forma tu alma?
Sí, mucho con distintas herramientas: yoga, meditación, filosofía, mucha reflexión y mucho amor.

¿Una meta por la que estés trabajando?
Ser más paciente y dedicar más horas a personas que nos necesitan.

¿Cómo te visualizás de acá a diez años?
Con una fundación, trabajando la tierra y viajando visitando a nuestros hijos de mochilera… conociendo lugares exóticos.

ÉL

Sos fanático de las motos, ¿por qué te apasionan tanto?
Es un estilo de vida. Tengo espíritu aventurero y la moto es eso. Solo quien vive la experiencia lo puede entender. Subirse a la moto y sentir el aire en la cara. La ruta, los caminos, los hermanos de la moto, el salir. Se lleva en el alma. Y cualquier moto! Las grandes, las chicas, las viejas o las nuevas. Se crea una conexión mágica.

¿Creés en algo?
Sí. Creo en Dios, creo en Jesús como un amigo. Creo en el amor, en la felicidad, en la bondad, en la amistad y en el destino. Creo que la espiritualidad es imprescindible en la vida.

¿Cómo te llevás con la “energía imparable”de Vero?
Bien. Me complementa, me ayuda, me enseña. A veces se hace difícil porque no para y es como una locomotora. Cuando se te ocurre algo ella ya está con ese algo. Pero creo que está aprendiendo a esperarme un poco.

¿Cuál es tu idea de felicidad?
Sensación de paz en el alma. Amor, disfrutar de cada día. Alegría en los rostros de nuestros hijos, familiares y amigos.

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