Entrevistas
Manda un comentario

Historia de a dos: hay equipo

Por María O’Neill

Entrevista: María Gomensoro y Gualberto Rodríguez

Amantes de la vida al aire libre, los deportes y las “escapadas”, se eligieron hace 10 años y hoy se sienten “equipo” en la familia que conforman con Abril (16), Joaquina (13), Aitana (7) y Timoteo (5). En esta entrevista nos cuentan cómo se conocieron, qué hacen para no caer en la rutina y secretos de su vida en familia.

mariaygualberto2

Ella es despistada, colgada e impulsiva. Él muy ordenado, mesurado y comedido. Distintos pero tan complementarios que ella reconoce en los defectos de él, las virtudes de las cuales ella carece. Además de una familia, María y Gualberto tienen en común una base sustancial y esencial: valoran las mismas cosas. En esta nota, conversamos con ellos sobre su historia y algunos detalles de su vida compartida.

LARA: ¿Cómo se conocieron?
María: En el Yacht del Puertito del Buceo por una reunión de trabajo. Él estaba armando un proyecto de una posada en la Paloma y necesitaba decorador. El teléfono se lo pasó Mily, una amiga que tenemos en común y la que hizo el gancho fundamental.
Gualberto: La tenía de nombre y sabía quién era, pero nunca nos habíamos visto. La reunión de trabajo era con doble propósito, pero esa información ella no la sabía.

¿Cuáles fueron sus primeras impresiones del otro?
G: Muy linda pero muy flaca. Me pareció muy divertida y me hacía reír. Buena onda la flaca, pensé.
M: Me acuerdo de tres cosas: el buzo a rayas de colores espantoso, la copa de vino en la punta de la mesa que se estaba por caer en cualquier momento y su sonrisa. Se reía todo el tiempo. Se supone que íbamos a hablar de trabajo pero terminamos hablando de la vida por horas…

¿Recuerdan cuándo empezaron a ser “cómplices”?
G: Yo le ponía mensajes de texto, por un lado de laburo y, por otro lado, personales. Y en una oportunidad le dije que había un barco “personal” y otro “laboral”. Me contestaba los laborales pero no los personales. Es más, cuando la llamada era personal me dejaba pagando y no me atendía. Me dio bastante laburo ella…
M: Sí, hasta que un día mi sobrino Carlos me dice: “María dale bola, ¡ya está!” Y ahí le empecé a contestar los personales.

¿Hubo algún “click” que recuerden?
G: Todo se fue dando solo. Nuestra historia fue fluyendo, se fue dando de a poco. Lo que más nos decíamos en esas primeras salidas eran: locación, locación, locación.
M: Sí, tal cual. No nos quedábamos en Montevideo. Nos íbamos a Rocha, a José Ignacio. Curtimos mucho balcón en Malvín. Pero para mí el click fue en la inauguración de Punto Carrasco. Estábamos toda una banda de gente medio al final y lo vi…me estaba mirando de una manera diferente. Ya veníamos hablando, pero no saliendo. Esa noche nos dimos nuestro primer beso.

¿En qué te transformó Gualberto?
M: No me transformó en nada, más bien me volvió a poner en contacto con la que siempre fui. Me reencontré con el campo, con Rocha y con las cosas más simples. Gualberto me hizo volver a “casa”.

¿Qué cosas hacen para no caer en la rutina?
G: Siempre decimos que por suerte tenemos dónde escaparnos y cortar con la rutina.
M: Puede ser el campo o la Paloma, pero siempre nos estamos dando un corte para los dos solos.

mariaygualberto3

¿Qué valores y formas de sus familias de origen eligen vivir en la familia que tienen hoy en día?
G: Los valores del escultismo y los valores cristianos son la guía. No sé si serán los correctos pero son los que más conozco.
M: El estar todos juntos. Compartir viajes y asados. En mi caso vengo de una familia grande y uno de los tesoros que más guardo de mi infancia es la mesa y la casa llena de gente los sábados y domingos. Mucho momento de abuelos, primos y tías.

¿Qué roles cumple cada uno en la familia?
G: Yo hago todo, María no sé… (risas). Nos repartimos todo. Nos complementamos. A veces yo más, a veces yo menos.
M: Yo me ocupo de bañarlos, vestirlos, organizar sus salidas, amigos… También de las compras, aunque no es mi fuerte. Hago las cadenas, organizo los asados y cumpleaños familiares. Básicamente soy la jefa del departamento de eventos y celebraciones, todos los festejos pasan por mí.

¿Cómo es un día de ustedes?
M: Nos levantamos 7 am. Gualberto prepara desayunos y packs y yo los visto y los peino. Uno los lleva al colegio, depende del día y cada uno a su trabajo. A la tarde siempre alguno de los dos está en casa para recibir a los chicos. A las 19 hs. yo baño y Gualberto cocina. Y a las nueve se acuestan todos, los grandes y los chicos. Fundamental para tener un par de horas para nosotros solos. ¡Somos un equipo!

¿Qué rol ocupa el deporte y la buena alimentación en esta casa?
G: Todo. La alimentación es primordial. Van de la mano. María y yo somos los dos muy deportistas y eso se lo queremos transmitir a nuestros hijos. Yo hago surf y María juega al hockey. Por ejemplo, Joaquina hace hockey, Aitana hace Karate y Timoteo está empezando a hacer fútbol, aunque no da pie con bola… creo que porque al padre no le gusta (risas).

¿Qué tiempo dedican a los amigos?
M: Para mis amigas siempre tengo tiempo y las busco permanentemente. Son y han sido mi soporte en momentos clave de mi vida. Durante el año todos estamos bastante desperdigados y concentrados en nuestra cotidianeidad pero en verano nos ponemos al día. Nos reencontramos en la playa y vamos de asado en asado.
G: Poco, pero antes le dedicaba mucho, entonces cada vez que estoy es como si hubiese estado el día anterior.

¿Cuáles son sus momentos sagrados de pareja?
G: Todos los días entre las nueve y las once de la noche. Ese es nuestro momento.

¿En qué cosas se tienen que tirar de las orejas?
G: Nos costó encontrar el momento para viajar solos. Tirar la bomba de humo y tomarnos 25 días para irnos. Pero después que lo hicimos, ¡no paramos! Nos damos la oportunidad de escaparnos de un día para otro tanto a la playa como al campo.

¿Cómo encaran las crisis?
G: Hablando. Siempre tiene que haber diálogo.
M: A mí a veces me cuesta encontrar el tono adecuado, pero lo estoy buscando.

mariaygualberto4¿Qué cosas en la vida los hicieron salir más fortalecidos?
G: A mí muchas cosas. Es un constante aprendizaje desde los tres años hasta ahora. Hay una frase que siempre me decían: “Bueno, ¿qué aprendiste hoy Gualberto?”

M: Sin dudas, cuando se murió mi mamá.

¿Un momento de felicidad plena que tengan bien presente?
M: La ida al Cabo Polonio en la Navidad del 2006. Nuestra primera Navidad juntos y solos en ese paraíso. No había nadie.

¿Una virtud de María?
G: Es muy divertida, buena y alegre (es la uno, ¡por eso estoy con ella!)

¿Una virtud de Gualberto?
M: Es de un corazón gigante.

¿Y un defecto de Gualberto?
M: Nos complementamos perfecto. Con nuestras virtudes y nuestros defectos. Yo soy desordenada, y él es ordenado, yo soy gritona y él es mesurado. Yo soy impulsiva y él es comedido, el cocina bárbaro y yo ni un tallarín.

¿Un defecto de María?
G: Es colgada y me desespera. Le tengo que repetir 20 veces las cosas: le dicto la lista del súper y siempre viene con dos o tres cosas de menos o de más. O no eran, o no tenían nada que ver con lo que le había pedido.

¿En qué se reconocen complementarios?
M: Nos gustan el campo y la playa y la vida en familia. Y viajar.

¿Una palabra que defina su familia?
G: Energética, siempre estamos haciendo algo.

¿Cierran fábrica?
G: Mellizos y paramos, ¿no?
M: ¡Ni loca!

¿Qué planes, proyectos tienen como pareja? ¿Y cómo familia?
M: Siempre estamos armando algo. Nos gusta la idea de cambiar y armar proyectos familiares, desde viajes a pensar un plan de vida diferente. Y como pareja andamos con ganas de hacer un viaje antes de fin de año, pero por ahora es un sueño…

maria

Ella

Hacés muchas cosas, ¿qué rol te sienta mejor?
En todos siempre estoy 100% en el momento: de mamá, cuando trabajo, cuando estoy con amigas o haciendo algún deporte. Busco estar en el aquí y ahora. En cada uno de ellos si estás atento y les das toda tu energía y atención, estás aprendiendo algo.

¿En qué te sorprendió y transformó la maternidad?
La maternidad me llegó cuando era muy chica (buscada, a conciencia) y recién estaba empezando a vivir la vida independientemente, por eso me es difícil comparar mi vida sin hijos. Sin dudas, a medida que fueron llegando cada uno de ellos, me di cuenta que las mamás nos multiplicamos y no nos dividimos.

¿Cuidás de alguna forma tu alma?
Sí. Siendo consciente. Todos los días agradezco la salud de mis seres queridos y la vida que tengo. Manteniendo siempre una actitud positiva y buscando la compañía de gente con buena energía. Los pensamientos así como las personas tóxicas hay que tenerlos lejos.

¿Cómo te visualizás de acá a diez años?
Haciendo y creando algo nuevo siempre. Amo los desafíos y pensar en que en una vida se pueden vivir mil distintas. Gualberto y yo somos iguales en eso: somos buscas y nos encantan las aventuras y soñar con todo lo que podemos ser.

¿Cuál es tu idea de felicidad?
Estar en paz.

gualbertoÉl

Sos fanático del surf, ¿por qué te apasiona tanto?
Porque cuando estás surfando una ola entrás en un estado que es indescriptible.

¿Creés en algo?
Sí en TODO, si me lo podés demostrar.

¿Cómo te llevás con la exposición de María?
Es su trabajo y no me afecta. Me parece gracioso cuando la gente la saluda sin conocerla o le pide una foto.

¿Un tropezón o caída que hoy agradezcas?
Muchos y agradezco, ya que de todos aprendo para los próximos.

¿Cuál es tu idea de felicidad?
María, los niños y el surf.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *